lunes, 24 de agosto de 2009

ORACION FINAL COMUNITARIA - DEL 17 AL 24 DE AGOSTO

Hermanos y hermanas, con fe presentemos a Dios Padre nuestras súplicas por la Iglesia y por el mundo, y digámosle:

EL SEÑOR DA LA MUERTE Y LA VIDA.

Tú tratas a cada uno como un padre amantísimo y concedes a todos tu gracia sin más medida que la de tu amor. Concédenos, Señor Dios nuestro, la gracia de acogerte con corazón de niño: que nuestra pobreza sea el lugar de tu gracia infinita. EL SEÑOR DA LA MUERTE Y LA VIDA.

Señor, que quieres la vida y no la muerte, danos un corazón nuevo. Hemos confiado demasiado en nuestras propias fuerzas y hemos tropezado en la piedra del árduo camino de tu Reino: dígnate tomarnos de la mano, y que nuestro corazón, preso de tu ternura, confíe en ti en adelante para recorrer contigo el camino de la vida. EL SEÑOR DA LA MUERTE Y LA VIDA.

Apártanos, Señor, del peligro de las herencias y de las riquezas de este mundo, pues no has más tesoro eterno que áquel con el que tú colmas a los que han abrazado la pobreza por amor de tu gracia. EL SEÑOR DA LA MUERTE Y LA VIDA.

Señor, que nos llamaste a ser tus hijos y herederos, danos tu Espíritu en abundancia: que nuestros corazones, seducidos por su amor, no busquen más riqueza que la paz del Reino. EL SEÑOR DA LA MUERTE Y LA VIDA.

Señor, tú nos juzgas sobre el amor, pues quieres la vida del hombre; líbranos de buscar nuestra justificación en unas leyes demasiado humanas, ya que tu hijo Jesús resumió toda la Ley en amarte a ti y a nuestros hermanos. Enséñanos a amar sin ningún tipo de cálculos, y que tu salvación nos sea concedida por añadidura, En nombre de tu hijo Jesús. EL SEÑOR DA LA MUERTE Y LA VIDA.


Padre, que has revelado a Pedro el misterio de tu Hijo Jesús, refuerza nuestra fe en él para que podamos reconocerlo como Hijo de Dios y Salvador nuestro. Él que es Dios y vive y Reina por los Siglos de los Siglos. Amén.