domingo, 6 de septiembre de 2009

2 DE SEPTIEMBRE DE 2009, MIERCOLES

LA ORACION COMIENZA CON EL OFRECIMIENTO DEL MES (SEPTIEMBRE 09)



A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre ellos, los curaba. Lucas 4:40.
 
Jesús nace y vive en una tierra concreta, donde aprende a valorar y a hacer juicios de las realidades que ve y siente. Realidades políticas y económicas: Jesús conoce las opresiones y los abusos de los poderosos; conoce también los lujos y absurdos de los ricos, así como las hambres y carencias de la mayoría del pueblo. Pero Jesús no sólo conoce la realidad, mediante la observación y el análisis, sino que la siente, la sufre, la hace suya.

Igualmente, en el campo de la salud, Jesús conoce y siente el dolor, el sufrimiento y las mil complicaciones que una enfermedad trae para el enfermo y sus familiares.

Jesús nunca permaneció indiferente ante el sufrimiento humano, decimos, a veces, cuando celebramos la Misa. Jesús tiene amor especial y compasión a estas personas que sufren. Y, de su indignación y compasión brota su acción: Jesús cura, como signo del Reino de su Padre.

La voluntad de Dios es que sus hijos seamos felices, quiere que tengamos una vida plena. Y ésto se ve disminuido con la enfermedad. El mismo Jesús dijo: He venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia, Jn 10,10.

Y esta vida plena, Jesús quería producirla en todos, por medio de su Palabra y sus obras sanadoras.

Es bonito imaginar a los familiares y amigos cargando con sus enfermos, para llevarlos a Jesús. Éste es un signo fuerte de solidaridad y cariño. Imaginar también a Jesús en el contacto (les imponía las manos), la cercanía, que eran caricias de Dios.

¿Y Nosotros, sentimos y actuamos con los enfermos?

Reflexión en silencio y comentarios.

Salmo 51: Te alabaré eternamente por todo lo que has hecho; esperaré en tí, porque eres bueno con todos los que te aman.

ORACIÓN FINAL COMUNITARIA 1 AL 8 DE SEPTIEMBRE